HISTORIA DEL ALMANAQUE
ROJO
Señor Cliente, le voy a relatar un accidente, que me ocurrió
hace algún tiempo, con un candidato que no creía en el
seguro de vida y lo creía sinceramente.
Este hombre ganaba un buen sueldo, lo suficiente para tener
el mejor automóvil, vivir al día, tener un buen apartamento,
en fin, vivía bien. Pero un día, al regresar del interior, murió
en un accidente (de los tantos que se ven hoy en día). Su
esposa, mujer del hogar encargada de la casa y del cuidado
de dos niños, Pedrito, un varoncito de 6 años y Ana María,
una nena de 4, se vio en la necesidad de buscar trabajo,
mudarse aun barrio pobre y alquilar un a habitación, pues el
hombre no dejo casi nada en efectivo (como ocurre con la
mayoría de los hombres). Ella estaba segura que los amigos
de su esposo podrían ayudarla y darle empleo a fin de cubrir
sus gastos, pero se encontró con que cierta experiencia era
necesaria y aun cuando sus amigos le mostraban simpatía,
no estaban interesados en ayudarla. Inclusive, un amigo de
los muchachos que visitó, le dijo claramente que las
dificultades que ella tenía eran sus propios problemas y que
a él le importaba un pito. Más bien le hizo proposiciones
que ofendían su pudor. Finalmente, encontró un puesto en
un almacén de una tienda, con un sueldo miserable para su
posición con dos muchachos acuestas.
Una noche, mientras comía en el cuarto alquilado donde
vivían, Pedrito con esa tristeza propia de un niño
acostumbrado a tenerlo todo y que ahora se encontraba fuera
de ambiente, le dijo a la mamá: ( Mamita, ¿ por qué no
podemos tener un calendario con todos los días en rojo ? ),
al mismo tiempo que señalaba a la pared donde había un
calendario, con los domingos y los días de fiesta en números
rojos.
¿
Y por qué dices esto mi amor ? - le preguntó la madre. -
Mamita porque los días que son rojos tú te quedas aquí en
casa y juegas con nosotros, mientras cuando son negros, te
vas y nos dejas solos y tristes todo el día.
Así amigo, esta solicitud que yo pido que firme, hará cada
día del almanaque, rojo para su viuda y sus hijos, el día en
que usted no esté más entre ellos, y así ella podría quedarse
en el hogar todo el tiempo que quisiera y atender a sus
hijitos como usted desearía en el caso de vivir.