UNA REUNION IMPORTANTE
En una ocasión se reunieron alrededor de una familia los
alimentos, la casa, los vestidos, las medicinas, la educación,
el seguro de vida, cada quien exigiendo para si el mérito de
contribuir más que todos a la felicidad familiar.
Nosotros hacemos que estos niños estén con vida y
saludables, dijeron los alimentos.
Por nosotros están calientes sus cuerpos en invierno,
expresaron los vestidos.
Nosotros los conservamos libres de enfermedades,
protestaron las medicinas.
Debido a mi serán personas instruidas y útiles a los demás,
dijo la educación y continuó: podrán trabajar y vivir
decorosamente en la sociedad.
El Seguro de Vida callaba...
¿
Y tú... que haces? le gritaron en coro, ¿Para que estás aquí?
Entonces el Seguro de Vida, hablando en forma calmada y
sencilla les contestó:
Lo que ustedes hacen está muy bien. Sería muy difícil
determinar cual es más y cual es menos importante en dar
vida y felicidad. Posiblemente y me inclinaría por los
alimentos: claro. con la vida misma, pero... ¿Que sería de un
niño enfermo sin medicinas? De poco serviría la
alimentación pues lo mataría la enfermedad y el dolor. ¿O
que pasaría con una vida sin educación? Daría como
resultado un ser que vegetaría entre sus semejantes sin
provecho alguno.
De esta manera, creo que no tiene objeto esta discusión,
pues cada quien tiene una finalidad vital que cumplir.
Pero yo velo porque al faltar el jefe de la familia, o sea quien
proporciona lo necesario para que ustedes estén aquí. Todos
sigan en sus puestos. Aunque él se haya ausentado, yo daré
los medios económicos para que no falten los alimentos, la
casa, los vestidos, las medicinas y la educación. Y aunque
no me hagan caso en un momento determinado todos se
deberían a mí.
Yo soy la garantía de la felicidad que ustedes proporcionan,
y todos callaron y asintieron.